Los agrupamientos en el rugby se han vuelto muy peligrosos, especialmente los mauls en los que hay muchos jugadores (grandes y pesados) sobre la pelota por lo que, los jugadores deberían intentar quedar atrapados en los mauls el menor número de veces y durante el menor tiempo posible. Además de ser éstos una fuente de golpes de castigo y de tarjetas.
Por lo tanto, (aunque no siempre posible) tratar de jugar agrupamientos en forma de ruck en vez de maul, pues además de ser más seguro para los jugadores va a dar balones más rápidos y con ello más opciones de juego de ataque y a favorecer también el espectáculo.
Estamos viendo en los últimos tiempos un rugby muy violento, consecuencia de que (por tratarse de un deporte de confrontación física) los jugadores están trabajando cada vez más en su preparación física lo que está convirtiendo a éstos en auténticas rocas que se mueven a la velocidad del rayo provocando durante el juego, impactos tremendos a altas velocidades, en ocasiones, con terribles consecuencias.
Pero a su vez, desde el rugby de élite hasta el rugby de base se está concienciando cada vez más de la importancia de la seguridad de los jugadores. Por un lado el reglamento, que evoluciona constantemente según el juego lo requiere, intenta proteger a los jugadores manteniendo el espíritu del juego. Pero por otro, desde los clubes también tenemos que perseverar la seguridad del jugador, reducir el número de lesiones haciendo del rugby un deporte seguro para mantener y aumentar el número de practicantes y de aficionados.
Como digo, es un juego físico y es difícil pero, para conseguirlo; entrenadores y jugadores a todos los niveles, árbitros, médicos, padres, directivos… todos, tenemos que ser conscientes y priorizar la seguridad del jugador y hacer del rugby un deporte seguro por encima de cualquier otro aspecto del juego.